jueves, 7 de julio de 2011
El verdugo y El culpable
El verdugo y el culpable se miraron fijamente a los ojos. Quien seria ejecutado, sabia que su alma desaparecía bajo el filo de un hacha implacable y sin remordimientos, vieja y oxidada. Lo que para el ejecutor fueron segundos, para el ejecutado eran horas, veía como su vida pasaba de manera descontrolada frente a sus ojos vacíos ya sin esperanza de volver a ver un ocaso como el que presento a observar tal hecho. Sintió el frió metal atravesar su ser y como su espíritu gritaba de dolor, se arrepintió de haber cometido tal fechoría y simplemente cerro los ojos para dejar que todo pasar de una vez...
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